Calzada romana

Calzada romana
Calzada romana

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Es planta de poco valor, y por eso abunda. Le acontece lo que al pobre, que en todo mal terreno vive y arraiga; aun entre riscos, aun en pizarra lisa y esteril.
Despreciada fue de todo animal del cielo y de la tierra los pájaros huyen de las jaras por su resina pegajosa; el hombre solamente la busca por el fuego. Sin embargo, la jara tiene su flor; una rosa blanca y sencilla, de cinco pétalos lacios.

   
Con mansedumbre campesina se quejó al Señor. Todas las flores tienen atributos de la Divina Pasión, y por ellos son bendecidas: unas, el cáliz; otras, la esponja, la lanza, los clavos y los martillos, o la santa corona de espinas. Yo soy la desamparada, y en mi  desamparo me desprecian.
-          No te despreciarán, flor de los humildes, regalo de los corderillos y de la cabra montés. Ve lo que guardaba para ti.
Y Nuestro Señor Jesucristo imprimió en los cinco pétalos albos los cinco estigmas de su cuerpo mortal, rojos como la sangre fresca y pura que mana entre nieve.
Esta es la historia de la flor de las cinco llagas, la rosa sencilla de los jarales.

                                                                                                  José Nogales


NOTA: Este texto ha sido copiado de Ángel Manuel Rodríguez Castillo, autor de ANTOLOGÍA DE ESCRITOS PERIODÍSTICOS de José Nogales.